¿El secreto del éxito? Fracasar.

Lasseter predica filosofía a prueba de fallos
Por Peter Debruge

John Lasseter
Usando el espíritu Pixar, el jefe creativo de Disney tiene éxito

¿La clave del éxito de John Lasseter? Fracaso.

No te darías cuenta al mirar los registros de Pixar. Desde el debut de «Toy Story» como el primer largometraje animado por computadora en 1995, el estudio basado en Emeryville, California ha apilado cuatro Oscars por película animada, otros múltiples premios (incluyendo un León de Oro al Festival de Venecia de este año y cuatro de sus directores recibieron el premio por los logros de su carrera) y más de U$S 5 millones en las boleterías de todo el mundo. Con «Up» de este verano Pixar consigue una racha perfecta de 10 de 10 — un logro insólito en Hollywood, donde un promedio de un éxito en 10 mantiene a la mayoría de las compañías dentro del negocio.

Hablá con Lasseter y su equipo, y recibirás las obviedades usuales de cómo Pixar es un estudio liderado por cineastas donde la historia es lo más importante — principios que el director de «Toy Story» ha llevado a Walt Disney Animation, donde él ha servido como jefe creativo desde que la Casa del Ratón compró a su inteligente socio generado por computadoras por U$S 7.4 billones a Steve Jobs en 2006. Pero presioná un poco más, y Lasseter admite el mantra que diferencia al estudio: «Es bueno fracasar».

El truco está en hacer esos errores tan rápido como sea posible y avanzar, una filosofía que Lasseter aprendió de su colega y pionero de las ciencias en computadores Ed Catmull (el hombre que lo llevó al Lucasfilm Computer Graphics Group después que Lasseter perdiera su trabajo en Disney en 1983 — El revés que mejor le rindió a la carrera de Lasseter).

«Cuando pensas en la ciencia, se trata de experimentación, y el 99% de los experimentos fracasan, pero aprendes de los errores y avanzas,» dice Lasseter. «Eso es lo grandioso de Ed. El siempre quiere que la gente siga presionando, siga experimentando, siga intentando, y nosotros siempre aprendimos y seguimos avanzando.»

De todos los avances técnicos que impresionaron al público de Pixar, la innovación más grande de Lasseter fue extender un principio de toma de riesgos positivo al proceso creativo. El enfoque de Lasseter aplica a ambos estudios, donde él introdujo las redes de seguridad virtual para proteger que los errores pequeños comprometan todo un proyecto entero.

El es inflexible en no permitir que los equipos se secuestren a si mismos o trabajen demasiado sin compartir su progreso con los demás. No importa en qué estado esté el proyecto, cada tres meses, se le requiere a los directores que pongan su film en los carretes y prueben como se ve en la pantalla. De esa forma, Lasseter y sus líderes amigos pueden identificar los problemas al principio.

Lasseter no cree en las notas obligatorias, introduciendo en cambio lo que él llama «un fondo de mentes creativas» en Pixar, una estrategia apoyada por los pares en la cual todos los directores y la gente clave de la historia de toda la compañía se reúne y desinteresadamente ayuda en el film del otro. «No importa de quién es la idea, la mejor idea se usa,» explica él.

«La animación es la forma de arte más colaborativa que hay en todo el mundo,» continúa Lasseter, quien dice que su meta tanto en Pixar como en Disney Animation ha sido «construir un estudio donde todos trabajen por la misma cosa, para hacer la mejor película posible, y después para ser lo suficientemente abierto para dejar que la gente aporte su granito de arena. Cuando te das cuenta, estás viendo cosas que nunca podrías haber pensado solo.»

Obviamente abundan las malas ideas, pero el ambiente está diseñado para ser lo suficientemente compasivo como para que la gente se sienta alentada a hablar y tomar riesgos creativos.

«Nos equivocamos mucho,» admite el director de «Toy Story 3» Lee Unkrich. «Simplemente no nos equivocamos cuando llega el momento en que salga la película. John va a ser el primero en decirte que todas las películas que hicimos en algún momento fueron la pieza más grande de basura en la que hayamos trabajado.»

Unkrich recibió su primer crédito como co-director (el cual en Pixar es como interpretar a Robin para el director líder Batman) apoyando a Lasseter en «Toy Story 2».

El proyecto «no estaba funcionando para nada,» dice él, hasta que entró Lasseter a último momento, rompió lo que había y reconstruyó la historia para que le llegue al público, consiguiendo lo que muchos en el estudio consideran que es la mejor película de Pixar. (Y ese difícilmente fue un caso aislado. «Ratatouille» fue reparado de manera muy similar, con el director de «The Incredibles» Brad Bird revisando el proyecto muy avanzado en el juego. Lasseter incluso le permitió al director Andrew Stanton «refilmar» un par de escenas de «Wall-E» — un arreglo costoso, raro en la animación.)

«En aquel entonces cuando tomábamos a ‘Toy Story 2’ por primera vez y tratábamos de arreglarla, tuve una conversación con Steve Jobs expresándole nuestras preocupaciones,» dice Unkrich. «Él me tranquilizó diciéndome que cuando él miraba hacia atrás a su carrera, todos los trabajos por los cuales estaba más orgulloso fueron hechos bajo circunstancias parecidas, donde parecía imposible, donde no había tiempo suficiente, no había dinero suficiente, y todos se habían puesto metas realmente altas para ellos mismos.»

Lasseter también busca a Jobs por consejos, recordando una de las primeras reuniones en las cuales él le fue a vender su idea para el cortometraje «Tin Toy». «El me miró, y lo único que dijo fue, ‘John, hacelo grandioso’. Y ese es el mantra por el que he estado viviendo desde aquel entonces, simplemente hacer todo lo que podamos para hacerlo grandioso,» dice Lasseter, quien encontró confianza en el enfoque relativamente sin intervención de Jobs a Pixar durante los años, confiando en que el talento creativo lleve al estudio en la dirección correcta.

Después de haber sido nombrado jefe creativo en Disney Animation, uno de los primeros cambios que Lasseter puso en efecto fue descartar los trajes y cambiar el foco desde una operación liderada por ejecutivos hacia una empresa conducida por artistas otra vez, donde las ideas para los largometrajes «vienen del corazón» de los cineastas individuales.

«El único aspecto que nosotros importamos de Pixar es nuestra filosofía simple que un estudio no es el edificio, un estudio es la gente, así que cada estudio va a tener una cultura diferente,» dice él.

En Disney Animation basada en Burbank, donde Lasseter pasa dos de tres días a la semana, el patrimonio de historias clásicas y animación hecha a mano es muy profundo, y es una de las razones por la cual Lasseter está tan excitado de volver a la animación en dos dimensiones para «The Princess and The Frog» en Diciembre (dirigida por el dúo de Ron Clements y John Musker de «The Little Mermaid», y el último fue compañero de clase de sus días en CalArts, donde Lasseter también estudió junto a Tim Burton y Brad Bird.)

«Siempre sentí que el estudio que debería seguir haciendo animación dibujada a mano es el estudio que empezó todo,» dice Lasseter, quien hasta ahora ha estado guiando proyectos que ya estaban en desarrollo en Disney Animation (el retocó «Meet The Robinsons» y recomenzó «Bolt», pero «Princess» es el primero que él construyó desde el principio.)

«No podríamos estar más orgullosos de ‘The Princess and the Frog’ y de la manera en que está saliendo,» dice el presidente de los Walt Disney Studios Dick Cook. En vez de simplemente replicar el modelo Pixar en Disney, «John y Ed Catmull están creando su propia cultura acá, y están permitiendo que la cultura sea desarrollada por los artistas de Disney.»

Mirando hacia adelante, la pizarra de Disney de Lasseter incluye una mezcla de proyectos dibujados a mano y animados por computadora, y aunque tanto él como Cook esperan que «Princess» les de la licencia de hacer más películas en dos dimensiones, ellos insisten en que el destino del formato no depende del éxito o el fracaso de esa película sola.

Lasseter ya está planeando otros proyectos en Disney Animation. «Rapunzel,» que saldrá en 2010, será animada por computadora, pero la versión 2011 de «Winnie the Pooh» puede ir por el mismo camino.

«La cosa que me ha enorgullecido en todos estos años de trabajar en Pixar es tomar los temas que realmente se prestan para animación por computadora,» dice Lasseter, quien dirigió caricaturas sobre juguetes, bichos y autos. «Ahora, volviendo a Disney, tengo que pensar que gran tema se presta para animación hecha a mano.»

Sus nuevas responsabilidades hacen que Lasseter esté demasiado ocupado para dirigir (una razón que hizo que Unkrich tome la dirección de «Toy Story 3», un proyecto rescatado de un destino directo-a-DVD.)

En su rol ejecutivo, Lasseter apenas puede ignorar el lado del negocio, pero las preocupaciones creativas aún siguen siendo prioritarias — y Cook lo respalda, enfatizando que el estudio está otra vez haciendo animación eterna, no solo para el fin de semana de estreno. Si «Princess» llegara a fallar en la boletería, «No va a pasar nada,» promete Cook. «Vamos a continuar viendo a todas las formas de animación, ya sea hecha a mano, por computadora o animación fotograma a fotograma.»

Incluso si la increíble racha de Pixar sufriera un choque en el camino, el director de Disney dice que él siente confianza que la dedicación de Lasseter por la calidad los llevará adelante.

«Pienso que cada película es un riesgo gigante,» continúa Cook. «Simplemente echale un vistazo a las pocas películas que han sido un éxito gigante para Pixar, desde ‘Ratatouille’ a ‘Wall-E’ hasta ‘Up’ este año. Basado en su valor nominal, uno diría que esas son difíciles de vender, y sin embargo las tres se han convertido en eventos y éxitos mundiales. Otra vez depende de la calidad de las películas. Las películas prevalecen porque son grandiosas.»

Fuente: Variety.

¿El secreto del éxito? Fracasar. by
Share

También te podría gustar...