A Twitter le importa un carajo quien sos

A Twitter le importa un carajo quien sosTwitter dió una conferencia ayer para hablar de que tan grande es. Pero lo que realmente surgió fue que mientras que Facebook y Google+ valoran tu identidad, a Twitter no le importa quien sos, mientras tengas algo que decir.

Google, Facebook y Twitter ahora tienen productos similares. Pero el CEO de Twitter Dick Costolo (de alguna forma sin advertirlo) aclaró ayer que mientras los tres tienen características de red social y hacen dinero de los avisos, son negocios fundamentalmente diferentes.

En un nivel muy básico, Google+ y Facebook están en el negocio de la entrega de identidades, y Twitter está en el negocio de la entrega de información. Esa es una distinción poderosa. Refleja una concepción fundamentalmente diferente de lo que es más valioso: información o identidad. También dice qué es más valioso, anunciantes o usuarios.

Los productos sociales de Google y Facebook están comprometidos a una política de nombres reales. Ambos pueden servir a una red de pares o a anunciantes con algún grado de certeza sobre la identidad.

Twitter toma la ruta exactamente opuesta para construir una red. Podés ser anónimo, o usar un pseudónimo, e incluso hacerte pasar por alguien (mientras que indiques que es una parodia). Aún así te conectará a otros en su red, y te permitirá servir y recibir datos. Y eso está funcionando bien, para todos.

Costolo compartió algunos números enormes. Twitter tiene más de 100 millones de usuarios activos -eso quiere decir, un usuario que se conecta más de una vez al mes- y más de 50 millones que se conectan diariamente. 40 por ciento de sus usuarios activos no tuitean para nada. Simplemente se conectan para leer. Los que si tuitean están mandando más de 230 millones de tweets por día. Es grande ahora. ¡Muy grande!

Se trata más de hacer un montón de dinero al enviar tweets promocionados (el término que usa Twitter para avisos en la cronología) para todos, en cualquier lugar, sin importar si ellos siguen o no a la compañía que está corriendo la promoción. Pero algo que era cierto en los primeros días sigue siendo cierto hoy: no van a venderte a vos, el usuario, para ganar plata. Twitter entiende que lo que dice la gente es más valioso que quienes son esas personas exactamente.

La misión declarada de Twitter es «conectar instantaneamente a la gente en todos lados con lo que más importa.» Es conectar a la gente con la información, no con otros. «Lo que más importa» no tiene que ser una persona. Puede ser una persona, pero no tiene que serlo necesariamente. Ni tiene que permanecer siendo la misma cosa. Puede ser un juego de baseball hoy, un evento de Apple la semana próxima, o una elección al año siguiente. Una revolución, noticias de un desastre natural, o simplemente actualizaciones de tu niño que vive a tres estados de distancia. Se está convirtiendo esencialmente es una trama de conexiones; un mecanismo instantáneo y variable de entrega de información.

Eso deja espacio que las identidades sean fluidas. Como la rosa de Shakespeare, a Twitter le importa más tus palabras y tus acciones que tu nombre. Podes usar un nombre falso, pero aún así podés seguir oliendo muy bien.

Para ser claros, esto no es algo altruista. Son simplemente negocios. «No estamos casados con los pseudónimos,» explicó Costolo, «estamos casados con que la gente pueda usar el servicio a su medida.»

A veces eso significa usándolo de manera anónima. En algunas situaciones (pensá: revoluciones en el medio oriente, la China disidente, y por supuesto, comunicados de LulzSec y Anonymous) el flujo de información es completamente independiente de verificar la identidad de un usuario.

Entonces mientras Twitter servirá a los anunciantes (tiene que hacerlo) en vez de entregar identidades o información demográfica, dice Costolo, entregará compromiso conducido por la información. Twitter apuntará anuncios basándose en tus intereses -a quién seguís y sobre lo que tuiteás. Mirará los datos que consumís y producís. Y como los anuncios de Twitter aparecen en la cronología (por eso el molesto término de «tweets promocionados») y como parte del flujo de información, la gente de hecho parece que los clickea.

Esto le deja a Twitter facturarle a sus anunciantes basándose en acciones, en vez de impresiones. En vez de cobrarles por cuantas veces es mostrado un aviso, les cobrará cuando alguien realmente haga algo interactivo con el aviso. Cuando clickeen y lo sigan, o lo respondan o retuiteen. Y eso significa que le puede entregar valor a sus anunciantes sin depender de las demográficas. Aún pueden vender avisos contextuales, sin tener que venderte a vos.

Y parece funcionar. De acuerdo a Costolo una campaña reciente de Virgin America le dio a la compañía su quinto día de más ventas de toda su historia. Aún más impresionante, una campaña de VW tuvo un radio de compromiso de más del 50 por ciento. En términos simples,  actuaron más personas con el aviso que las que no actuaron.

Resumiendo, a Twitter no le importa quien sos, aún así te va a mostrar anuncios. Y extrañamente, puede que sea la táctica más efectiva de todas.

Foto original de Shutterstock/Cucule

Fuente: Mat Honan para Gizmodo.

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