Por qué la piratería es buena para nosotros

Hoy descubrí gracias a esta nota que se recuperó un recital perdido de Fito Páez en Badía y Compañía en 1984.

Ahora… para que leas el resto de esta nota necesito que dejes de lado todo lo que puedas pensar de Páez, si te gusta o no lo que hace, el perfil político del tema y toda otra boludez que te nuble tu objetividad.

¿Ya estamos? Bien, continuo.

Desde la popularización del cassette en la década del 70 que venimos escuchando que la piratería es mala.

Mala para los que hacen negocios con los contenidos, claro. Ya sean documentales, películas, música o lo que se te ocurra.

Lógico, si vos podés obtener gratis algo que ellos venden, se les arruina el negocio.

Y justo acá es donde hay que trazar la línea divisoria.

Los que hacen negocios con los contenidos y el resto de los mortales.

Amo la música y trabajé muchos años en esa industria y conozco muchas cosas por haberlas leído y/o escuchado de fuentes confiables o haberlas experimentado personalmente.

¿Por qué ahora se rescató este recital de Fito Páez?

Porque los que hacen negocios en algún momento determinaron que los programas de Badía y Compañía no merecían conservarse y usaron esas cintas para grabar encima.

Y un destino parecido sufrió otra parte de nuestro patrimonio cultural como los programas de Pepe Biondi, Alberto Olmedo y tantos otros.

Todo empieza por nosotros también. No tenemos una cultura de respeto al pasado. No lo conservamos ni lo atesoramos.

¿Viste que cada tanto sale alguna grabación inédita de Elvis Presley o descubren algo jamás escuchado de The Beatles?

¿Cómo pasa eso en aquellos lugares?

Básicamente por dos cosas: porque cuando ambos estaban en actividad, si ellos se rajaban un pedo, había un tipo para capturarlo y lo guardaba como si fuera oro.

Estuvieron rodeados de gente que reconocía el valor de lo que hacían esos monstruos.

Sea valor económico o valor sentimental. No nos embrollemos ahora con eso. Fueron personas que reconocían un valor. Punto.

La otra causa es que esos recuerdos se preservan celosamente, se los cuida.

Y cada tanto alguna persona vuelve a revisar esas arcas, que dicho sea de paso son tratadas como el Santo Grial, y descubre algo que antes nadie había visto.

Entonces, en primera instancia deberíamos dejar de meter a todo en la misma bolsa y tildar a cualquier copia de piratería.

Piratería es copiar y duplicar algo con un fin comercial. Como lo hacen las personas que venden películas truchas en cantidades.

Eso sí está mal y no estoy de acuerdo con esa clase de negocios.

Como tampoco estoy de acuerdo con los dueños legales de los contenidos que no los preservan ni los atesoran o que viven desde hace décadas cagando músicos sistemáticamente.

¿Sabías que el músico se queda con centavos, sí, centavos, de cada copia de cualquier soporte que venda la compañía?

Sea magazine, cassette, vinilo, CD, DVD, Blu-ray o streaming, el músico se lleva cen-ta-vos.

Lea, salga de pobre.

Tuve en mis manos una copia de un contrato de una de las artistas mejores pagas de Argentina. Y la regalía por disco vendido eran centavos. Cen-ta-vos.

No me lo contaron, lo vi.

También te puedo contar, porque también lo ví, que una cantidad importante de cintas masters de artistas argentinos estaban en un depósito lleno de humedad que nunca nadie visitaba ni por casualidad.

Y que cuando fueron llevadas a un lugar mejor, la compañía no hizo demasiado por buscar gemas como las de Elvis o los Beatles.

Creeme que todavía me cuesta entender como hay artistas que quieren ser contratados por una discográfica.

Esta belleza que ves en la foto de acá abajo es la caja que contiene la cinta original donde se grabó Here Today, un tema del álbum imprescindible de The Beach Boys, Pet Sounds.

Cinta master de Here Today del álbum Pet Sounds de The Beach Boys

Se preserva con las anotaciones originales de quienes trabajaron en ella y esta foto pertenece a una exhibición que se hizo sobre The Beach Boys.

Se exhibe como a La Gioconda. Eso es preservar y atesorar la cultura.

Que quede bien claro: lo que hizo la persona que grabó en un VHS el recital de Fito Páez, así como varios de nosotros conservamos cosas similares, no fue piratería.

Lo que hizo esa persona fue hacer lo que jamás hicieron quienes nos quieren hacer creer que el negocio de la música colapsó porque nosotros copiamos música para escucharla en el auto o compartirla con nuestros amigos.

O conservarla, para volver a ver una y mil veces ese recital en tele que sabemos que no se va a repetir.

Resumiendo, soltémosle un pedo en la cara a los de la industria cuando nos sermonean sobre la piratería.

Si la industria está donde está actualmente, es porque garcaron artistas durante décadas, robaron al público vendiendo a precios inflados sus contenidos, no supieron conservar ni trabajar la historia de sus artistas, y favorecieron a grandes cadenas con tal de llegar a una cifra mensual, garcando a la disquería de barrio que sabía lo que te vendía.

Pero ese es otro tema.

¡Salute!

 

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